Usted conoce la historia: una estrella guió a los reyes magos hasta Belén para adorar a Jesús de Nazaret que había nacido en un pesebre.
En algún momento de la historia, quizás en el Medioevo la imaginación popular le otorgó a dichos reyes sus respectivos nombres, orígenes étnicos y particularidades personales, así a Baltasar lo concibieron moreno, digamos negro, que durante su peregrinación en búsqueda del niño Jesús seguía a Gaspar, el segundo rey mago de piel trigueña y una barba roja y que por sustracción, ambos, seguían a Melchor, que fue representado como un viejito caucásico de barba blanca. Si usted nota cierto sesgo racista en toda esta historia, quizás no se equivoca.
En realidad no sabemos cual era el nombre de dichos reyes, si eran magos, si fueron dos, tres o quinientos, si eran blancos, negros, verdes o azules, su origen étnico o su ciudad natal, desconocemos absolutamente todo de estos misteriosos personajes, la única fuente que menciona a los reyes magos resulta ser un evangelio; el evangelio según Mateo.
Los llamamos magos, por la traducción del griego “Magoi”, que ha llegado a nuestra lengua gracias al latín “magi”, derivado de “magu”, así que podríamos suponer que quizás hayan sido sacerdotes persas de la región zoroástrica (1).
Pero el mencionado evangelio solamente indica que vinieron de oriente, que llevaban tres regalos para presentárselos al “rey de los judíos” que había nacido en alguna parte de Judea, los presentes eran, oro, incienso y mirra. Quizás a partir de la cantidad de artículos se consideró inventar tres personajes, pero en el fondo, el número de reyes magos es indeterminado. Lo que sí es seguro es que estos hombres tenían un genuino interés y conocimiento de la astronomía, debido a que notaron que un astro brillaba en el cielo revelándoles –de alguna forma- el nacimiento del mesías.
De ese modo siguieron a la estrella y llegaron a Judea, entrevistándose con Herodes El Grande, un monarca vasallo de los romanos, de mala reputación histórica por ser el responsable de una matanza de niños y el asesinato de varias de sus esposas, concubinas e hijos. A diferencia de la antipatía que le tenemos actualmente, Herodes fue un monarca que realizó varias obras de ingeniería y tuvo algunos detalles sociales con su pueblo, todo un suceso para la época. De cualquier forma, según Mateo los reyes magos sospecharon las oscuras intenciones de Herodes, quien era un tanto paranoico, así que una vez que visitaron al mesías y dieron sus regalos, se fueron tan misteriosamente como llegaron.
Existen algunas interpretaciones astronómicas de lo que pudo suceder en el cielo en una fecha aproximada al nacimiento de Jesús. Seamos claros, el nacimiento no ocurrió el 25 de diciembre a las cero horas del año cero, nuestra actual navidad viene de la festividad de Brumalia y Saturnalia, en donde celebraban al Sol Invicto, que retornaba una vez que había llegado a su punto más austral posible, durante el solsticio de invierno.
Supernovas
Uno de los candidatos para ser considerado como la estrella de Belén son las supernovas, que consiste en la explosión de una estrella, la cual aumenta su luminosidad en casi un millón de veces, en pocos días brilla más que todas las estrellas de la galaxia, las supernovas son un evento relativamente común (hablando en escala cósmica). Algunas han sido vista a lo largo de la historia y existen relatos sobre ellas, quizás la más famosa fue la ocurrida el 4 de julio de 1054 que estalló en la constelación de Tauro, y que fue la responsable de formar la Nebulosa del Cangrejo (Objeto Messier 1), esta supernova fue observada por los Chinos que la registraron en sus anales astronómicos y por los indios norteamericanos que la plasmaron en arte rupestre en el Cañón del Chaco.
El 11 de noviembre de 1572 estalló una supernova en la constelación de Casiopea que fue observada por el famoso astrónomo Tycho Brahe, y fue seguida por otra el 9 de octubre de 1604 en la constelación de Ofiuco (El Serpentario) que fue vista y anotada por Johannes Kepler, por ello se le conoce como la Supernova de Kepler. El 24 de febrero de 1987 la Gran Nube de Magallanes en la constelación sureña de Dorado fue el sitio donde estalló la última supernova vista en nuestros alrededores galácticos (tomemos en cuenta que las nubes de Magallanes son galaxias satélites de la Vía Láctea) y se estudió con los más modernos equipos del siglo XX.
Año con año se descubren una buena cantidad de supernovas, suceden en galaxias lejanas, observadas únicamente por medio de cámaras suprasensibles CCD instaladas en telescopios, invisibles al ojo humano. Así que quizás pudo ser una supernova lo que observaron los famosos reyes magos, lamentablemente no hay ningún registro de supernovas en alguna crónica antigua, quizás se perdió en algún momento y la tradición oral la ha olvidado. Tampoco los astrónomos han encontrado algún resto nebuloso que sea candidato para considerarla la supuesta supernova de los reyes magos.
Conjunciones
En realidad no sabemos cual era el nombre de dichos reyes, si eran magos, si fueron dos, tres o quinientos, si eran blancos, negros, verdes o azules, su origen étnico o su ciudad natal, desconocemos absolutamente todo de estos misteriosos personajes, la única fuente que menciona a los reyes magos resulta ser un evangelio; el evangelio según Mateo.
Los llamamos magos, por la traducción del griego “Magoi”, que ha llegado a nuestra lengua gracias al latín “magi”, derivado de “magu”, así que podríamos suponer que quizás hayan sido sacerdotes persas de la región zoroástrica (1).
Pero el mencionado evangelio solamente indica que vinieron de oriente, que llevaban tres regalos para presentárselos al “rey de los judíos” que había nacido en alguna parte de Judea, los presentes eran, oro, incienso y mirra. Quizás a partir de la cantidad de artículos se consideró inventar tres personajes, pero en el fondo, el número de reyes magos es indeterminado. Lo que sí es seguro es que estos hombres tenían un genuino interés y conocimiento de la astronomía, debido a que notaron que un astro brillaba en el cielo revelándoles –de alguna forma- el nacimiento del mesías.
De ese modo siguieron a la estrella y llegaron a Judea, entrevistándose con Herodes El Grande, un monarca vasallo de los romanos, de mala reputación histórica por ser el responsable de una matanza de niños y el asesinato de varias de sus esposas, concubinas e hijos. A diferencia de la antipatía que le tenemos actualmente, Herodes fue un monarca que realizó varias obras de ingeniería y tuvo algunos detalles sociales con su pueblo, todo un suceso para la época. De cualquier forma, según Mateo los reyes magos sospecharon las oscuras intenciones de Herodes, quien era un tanto paranoico, así que una vez que visitaron al mesías y dieron sus regalos, se fueron tan misteriosamente como llegaron.
Existen algunas interpretaciones astronómicas de lo que pudo suceder en el cielo en una fecha aproximada al nacimiento de Jesús. Seamos claros, el nacimiento no ocurrió el 25 de diciembre a las cero horas del año cero, nuestra actual navidad viene de la festividad de Brumalia y Saturnalia, en donde celebraban al Sol Invicto, que retornaba una vez que había llegado a su punto más austral posible, durante el solsticio de invierno.
Supernovas
Uno de los candidatos para ser considerado como la estrella de Belén son las supernovas, que consiste en la explosión de una estrella, la cual aumenta su luminosidad en casi un millón de veces, en pocos días brilla más que todas las estrellas de la galaxia, las supernovas son un evento relativamente común (hablando en escala cósmica). Algunas han sido vista a lo largo de la historia y existen relatos sobre ellas, quizás la más famosa fue la ocurrida el 4 de julio de 1054 que estalló en la constelación de Tauro, y que fue la responsable de formar la Nebulosa del Cangrejo (Objeto Messier 1), esta supernova fue observada por los Chinos que la registraron en sus anales astronómicos y por los indios norteamericanos que la plasmaron en arte rupestre en el Cañón del Chaco.
El 11 de noviembre de 1572 estalló una supernova en la constelación de Casiopea que fue observada por el famoso astrónomo Tycho Brahe, y fue seguida por otra el 9 de octubre de 1604 en la constelación de Ofiuco (El Serpentario) que fue vista y anotada por Johannes Kepler, por ello se le conoce como la Supernova de Kepler. El 24 de febrero de 1987 la Gran Nube de Magallanes en la constelación sureña de Dorado fue el sitio donde estalló la última supernova vista en nuestros alrededores galácticos (tomemos en cuenta que las nubes de Magallanes son galaxias satélites de la Vía Láctea) y se estudió con los más modernos equipos del siglo XX.
Año con año se descubren una buena cantidad de supernovas, suceden en galaxias lejanas, observadas únicamente por medio de cámaras suprasensibles CCD instaladas en telescopios, invisibles al ojo humano. Así que quizás pudo ser una supernova lo que observaron los famosos reyes magos, lamentablemente no hay ningún registro de supernovas en alguna crónica antigua, quizás se perdió en algún momento y la tradición oral la ha olvidado. Tampoco los astrónomos han encontrado algún resto nebuloso que sea candidato para considerarla la supuesta supernova de los reyes magos.
Conjunciones
En el año 7 a.C. hubo una conjunción entre Júpiter y Saturno (imagen superior (2)), la aproximación aparente que ocurrió en la constelación de Piscis, el 5 de diciembre ambos planetas llegaron a una aproximación de 1.05 grados; es decir, dos diámetros de la luna. Estos planetas se conocen desde la antigüedad, para los astrónomos de entonces no era extraña la observación de conjunciones planetarias, y seguramente ya conocían que estas conjunciones entre Júpiter y Saturno ocurren una vez cada 20 años. Si los reyes magos hubieran tenido unos binoculares 7 X 50 habrían observado que Júpiter y Saturno abarcaban todo el campo de visión de los prismáticos.
El 19 de diciembre del año 6 a.C. ocurrió otra una conjunción entre la Luna y Júpiter, esta fue en la constelación de Aries (imagen superior (3)), la distancia angular entre ambos cuerpos celestes fue de 3.44 grados; es decir, unas 7 lunas llenas, asimismo de tener unos binoculares 7 x 50 aparecerían en el campo de visión. Aries siempre fue una constelación importante para la antigüedad, especialmente por que ahí se encontraba el punto del equinoccial, algo que por el movimiento de precesión de los equinoccios fue cambiado su posición hasta la constelación de Piscis en donde se encuentra actualmente.
Cometas y otros
Algunos han considerado la idea que el astro que observaron los reyes magos era un cometa, es famosa es la pintura de Giotto di Bondone que pintó un cuadro del cometa Halley (Imagen que titula este post) que brillaba en el cielo sobre el pesebre. Tomemos en cuenta que los cometas siempre han tenido una mala reputación en la antigüedad, eran vistos como signos de malos presagios. En todo caso, desde el punto de vista de las religiones paganas (no me gusta usar esa categoría) la llegada del cristianismo sí fue una hecatombe, una vez que se oficializó el cristianismo en Roma, miles de paganos fueron masacrados por hordas cristianas, que se entretuvieron dándoles fuego en piras colectivas o linchándolos en las antiguas ciudades, casi no se habla de ello en la historia, por que en ese caso solamente recordamos la versión de los vencedores.
En el evangelio de Mateo dice que la estrella se movía, indicando el lugar del nacimiento, para que decir, los aficionados a los platillos voladores hacen un festín con ese pasaje, indican que fueron los extraterrestres los que guiaron a los reyes magos al camino de Belén, hay cada cosa en este mundo.
Tomemos en cuenta que Mateo no escribió directamente el evangelio, fue escrita por uno o varios autores anónimos que recolectaron la narrativa que seguramente era popular en la tradición oral entre los cristianos, y la plasmaron en algunos documentos antiguos cerca del año 80 d. C. .
En resumen nadie sabe realmente que fue dicho astro, si era un fenómeno astronómico, o una construcción literaria como es común en la Biblia, notemos que la escritura tienen pasajes un tanto extravagantes, por ejemplo una burra que habla (Números 22, 27) y hasta ahora no hemos considerado que los veterinarios se pongan a discutir la capacidad oral que tienen los équidos. Por ello, la supuesta estrella podría ser cualquier cosa, lo que si es importante que al llegar la modernidad la famosa estrella ha sido plasmada en postales, tarjetas, pesebres, anuncios de televisión y sobre todo en la cúspide de esas invenciones nórdicas que celebran el solsticio de invierno, invenciones que llamamos árboles de navidad.
Pero eso es otro cuento…El 19 de diciembre del año 6 a.C. ocurrió otra una conjunción entre la Luna y Júpiter, esta fue en la constelación de Aries (imagen superior (3)), la distancia angular entre ambos cuerpos celestes fue de 3.44 grados; es decir, unas 7 lunas llenas, asimismo de tener unos binoculares 7 x 50 aparecerían en el campo de visión. Aries siempre fue una constelación importante para la antigüedad, especialmente por que ahí se encontraba el punto del equinoccial, algo que por el movimiento de precesión de los equinoccios fue cambiado su posición hasta la constelación de Piscis en donde se encuentra actualmente.
Cometas y otros
Algunos han considerado la idea que el astro que observaron los reyes magos era un cometa, es famosa es la pintura de Giotto di Bondone que pintó un cuadro del cometa Halley (Imagen que titula este post) que brillaba en el cielo sobre el pesebre. Tomemos en cuenta que los cometas siempre han tenido una mala reputación en la antigüedad, eran vistos como signos de malos presagios. En todo caso, desde el punto de vista de las religiones paganas (no me gusta usar esa categoría) la llegada del cristianismo sí fue una hecatombe, una vez que se oficializó el cristianismo en Roma, miles de paganos fueron masacrados por hordas cristianas, que se entretuvieron dándoles fuego en piras colectivas o linchándolos en las antiguas ciudades, casi no se habla de ello en la historia, por que en ese caso solamente recordamos la versión de los vencedores.
En el evangelio de Mateo dice que la estrella se movía, indicando el lugar del nacimiento, para que decir, los aficionados a los platillos voladores hacen un festín con ese pasaje, indican que fueron los extraterrestres los que guiaron a los reyes magos al camino de Belén, hay cada cosa en este mundo.
Tomemos en cuenta que Mateo no escribió directamente el evangelio, fue escrita por uno o varios autores anónimos que recolectaron la narrativa que seguramente era popular en la tradición oral entre los cristianos, y la plasmaron en algunos documentos antiguos cerca del año 80 d. C. .
En resumen nadie sabe realmente que fue dicho astro, si era un fenómeno astronómico, o una construcción literaria como es común en la Biblia, notemos que la escritura tienen pasajes un tanto extravagantes, por ejemplo una burra que habla (Números 22, 27) y hasta ahora no hemos considerado que los veterinarios se pongan a discutir la capacidad oral que tienen los équidos. Por ello, la supuesta estrella podría ser cualquier cosa, lo que si es importante que al llegar la modernidad la famosa estrella ha sido plasmada en postales, tarjetas, pesebres, anuncios de televisión y sobre todo en la cúspide de esas invenciones nórdicas que celebran el solsticio de invierno, invenciones que llamamos árboles de navidad.
(1) Guia de la Biblia Nuevo Testamento, Isaac Asimov, Plaza y Janes, España, 1990.
(2) Starry Night Pro Plus
(3) Idem
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