Hoy en 1609, la cara moderna de la Luna emergió por primera vez cuando Galileo Galilei, en Padua, apuntó su telescopio hacia la Luna, notó las irregularidades de su cara creciente, e hizo dibujos para registrar sus descubrimientos. Hizo al menos cinco dibujos adicionales de la Luna en los siguientes dieciocho días, preparó cuidadosamente esquemas en acuarela a partir de estos dibujos, y luego seleccionó cuatro de éstos para que fueran grados en su libro revolucionario El Mensajero Estelar, el cual apareció el siguiente mes de marzo. Este tratado de Galileo anunciaba a un público anonadado que la Luna era un pedazo de elementos lleno de cráteres – un mundo – y no algún tipo de globo de perfección inmaculada. Era un mundo nuevo, para ser explorado, cartografiado y nombrado. (tomado de astro.org.sv)
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