Desde la mañana el clima dio pie a pensar que habría grandes posibilidades de observar el tránsito de Venus frente al Sol, cuando llegó el mediodía San Salvador se llenó de nubes a tal punto que comenzó a llover en algunas zonas. Me dio esperanzas ver zonas azules en el cielo sur, consideré que el observatorio tenía buen clima.
Y fue cierto, el clima favoreció, hubo cielos azules y pocas nubes. El temor de no ver el tránsito, algo que me había consumido mi alma en los días anteriores, se disipó cuando entré al observatorio y el Sol brillaba en una perfecta tarde.
Parte del grupo de la Asociación Salvadoreña de Astronomía había levantado un campamento de observación a la entrada del pueblo, con la idea de tener un mejor horizonte. El resto del equipo (incluyéndome) nos fuimos al observatorio para recibir a algún visitante que quisiera observar el histórico evento. No hizo falta, nadie llegó, quizás creyeron que el clima también estaba mal en el observatorio y eso los hizo desistir. Eso sí, recibimos la visita de varios medios de comunicación que cubrieron la observación. (Abajo fotografía de Roger Sánchez, compañero de ASTRO).
Yo use mi Celestron clásico naranja de 8 pulgadas montura fork, con un filtro aluminizado JMB que me dejaba ver el Sol con un color naranja y con varias manchas solares.
Así que a la hora indicada -16:09- comenzamos a observar que el disco solar se achataba lentamente en un pequeño punto para dar paso a una esfera que poco a poco fue creciendo y embombandose hasta percibir que era Venus el que aparecía, tal como lo muestra en la imagen inferior.
Y fue cierto, el clima favoreció, hubo cielos azules y pocas nubes. El temor de no ver el tránsito, algo que me había consumido mi alma en los días anteriores, se disipó cuando entré al observatorio y el Sol brillaba en una perfecta tarde.
Parte del grupo de la Asociación Salvadoreña de Astronomía había levantado un campamento de observación a la entrada del pueblo, con la idea de tener un mejor horizonte. El resto del equipo (incluyéndome) nos fuimos al observatorio para recibir a algún visitante que quisiera observar el histórico evento. No hizo falta, nadie llegó, quizás creyeron que el clima también estaba mal en el observatorio y eso los hizo desistir. Eso sí, recibimos la visita de varios medios de comunicación que cubrieron la observación. (Abajo fotografía de Roger Sánchez, compañero de ASTRO).
Yo use mi Celestron clásico naranja de 8 pulgadas montura fork, con un filtro aluminizado JMB que me dejaba ver el Sol con un color naranja y con varias manchas solares.
Así que a la hora indicada -16:09- comenzamos a observar que el disco solar se achataba lentamente en un pequeño punto para dar paso a una esfera que poco a poco fue creciendo y embombandose hasta percibir que era Venus el que aparecía, tal como lo muestra en la imagen inferior.
A partir de ese momento observamos a Venus transitar frente al Sol, a las 16:40 ya era visible incluso a simple vista (usando filtros y con algo de esfuerzo), lentamente el planeta comenzó a alejarse del borde solar. Por supuesto que ese movimiento era aparente, la Tierra y Venus nunca dejaron de moverse en sus órbitas, es un juego de perspectiva ver solamente a Venus tránsitando frente a nuestra estrella.
Las nubes llegaron al final de la tarde, por eso ya no vimos a Venus y el Sol desapareciendo juntos en el horizonte. A pesar que el siguiente tránsito se calcula para el año 2117, en El Salvador vamos a tener que esperar ocho años más, será hasta el 2125 que nuevamente veamos a Venus frente al Sol; es decir, ha sido una oportunidad única en nuestras vidas. La imagen inferior es la última imagen que logramos captar desde el Observatorio San Juan Talpa y por lo menos será la última imagen del tránsito visto desde El Salvador en los siguientes 113 años.
Hoy 24 horas después del evento todavía sufro el resultado de la asoleada, siento como si un millón de planetas me pasaron encima, me duele todo, tengo la cara quemada (a pesar de haber usado protector solar), estoy deshidratado y cansado, pero valió la pena, he visto dos tránsitos de Venus en mi vida, uno en 2004 y otro ayer. Un ser humano solamente puede observar un máximo de dos tránsitos pues estos ocurren en un ciclo de 105 años, 8 años, 125 años, 8 años. Yo lo he logrado, es algo que muy pocas personas lo pueden hacer.
En mi vida he visto cosas maravillosas.
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