domingo, 21 de junio de 2009

Spaceport America


En Nuevo México, Estados Unidos, se inició la construcción del centro Spaceport America, el sitio del primer puerto espacial comercial.
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viernes, 19 de junio de 2009

Viajes en el Tiempo

En el anterior post vimos que las ecuaciones de Einstein transforman el espacio y el tiempo en dos entidades dinámicas, que la presencia de la materia logre curvar y distorsionar el espacio-tiempo es una cosa; otra, muy diferente, es conectar y doblar el espacio y el tiempo de tal forma que se pudiera comunicar el pasado con el presente o con el futuro.Stephen W. Hawking, uno de los físicos más conocidos del mundo e importante divulgador –quien personalmente duda de los viajes en el tiempo- indica que la única posibilidad para realizar este fantástico viaje, sería utilizar algún conector entre el espacio-tiempo. Es evidente que la ciencia y la tecnología no tienen idea de cómo fabricar uno de estos pasadizos, esto no significa que se publiquen de vez en cuando algún artículo que permita alguna posibilidad física para saltar distancias enormes y tiempos distantes, uno de esos conectores se les conoce como “Puente de Eistein-Rosen” o también llamado “Agujero de Gusano”.
Estos agujeros estarían conectando distancias enormes, salvando la imposibilidad física de viajar más rápido que la luz, lo que nos tomaría en una nave espacial viajando billones de años en el espacio para llegar a una galaxia muy lejana, por medio de un “Agujero de Gusano” sería tan fácil como caminar entre dos habitaciones; incluso, cabría la posibilidad de regresar del viaje incluso antes de salir, generando con ello una paradoja.
Hawking considera que de existir bucles u “horizontes” de viajes en el tiempo, estos deben de ser parecidos a los agujeros negros, con la diferencia que un agujero negro los rayos de luz están cayendo en él, mientras que en un horizonte de viaje en el tiempo, la luz está a punto de cerrarse sobre ellos, los rayos de luz estaría regresando una y otra vez sobre sí mismo, en cada regreso el rayo debería de estar más desplazado hacia el azul, así que de verlo, observaríamos el lado opuesto del bucle, de color azul. Hawking incluso considera que uno de los peligros de los pasos temporales podría ser quedar atrapado en uno de esos horizontes, si un rayo de luz puede quedar atrapado, también podría –en teoría un objeto mucho mayor y con menor velocidad- atorarse y quedar atrapado repetidamente girando cada vez más rápido de un lado al otro del bucle, buen tema para una historia de ciencia ficción.
En realidad, no sabemos a ciencia cierta si es posible que estos agujeros de gusano existan, incluso para objetos microscópicos, como algunas partículas elementales, mucho menos imaginarnos para cuerpos macroscópicos, parece ser que la física juega contra los objetos más grandes que un átomo, no podemos hacer lo que quisiéramos, estamos atados en un universo con leyes que nos imposibilitan hacer muchas cosas, no podemos viajar más rápido que la luz –aunque construyamos la nave espacial más veloz del universo, nunca lo lograríamos- y por lo visto no podemos saltar de un lado al otro de un agujero de gusano; al menos, no podemos generarlos, y de existir podrían durar fracciones de segundos y ser extremadamente pequeños.
Dejando de un lado las paradojas y las imposibilidades físicas, el viaje en el tiempo podría crear otra realidad para el viajero. Si en el trayecto al pasado, el viajero destruye la máquina del tiempo antes de que el haya salido, el viajero habrá creado otra realidad completamente diferente de donde provino. Así como la famosa película “Regreso al futuro” donde un adolecente y un físico viajan entre el siglo 19, 20 y 21 utilizando un vehículo de los años ochenta adaptado para el salto entre el espacio-tiempo, habría que tener cuidado en no impedir el transcurso de la historia, a modo tal de no quedar atorado en una paradoja histórica.
Hasta el momento es difícil –casi imposible- que se logre alguna vez viajar en el tiempo, al menos no es un espacio no tan deformado como el que normalmente habitamos, en casos extremos, las grandes deformaciones del espacio debido concentraciones de materia –un agujero negro- por ahora nos resultan demasiado radioactivas para nuestra existencia humana, mucho antes que nos acercáramos a un agujero negro, enfermaríamos de cáncer y moriríamos.
Entonces solo nos queda George Wells y Hollywood.

jueves, 18 de junio de 2009

El Billar de Einstein

Piense en un momento de dolor, un recuerdo que usted seguramente querrá borrar de su historia personal, algún hecho o evento que de una u otra forma le ha ocasionado una terrible experiencia, seguramente dirá que el tiempo lo borra todo y tratará de sobrellevar su vida de la mejor manera, pero poco pensamos en el tiempo, ¿Qué es el tiempo?.
Esa pregunta estuvo en la mente de Isaac Newton por muchos años, el brillante científico lo modeló en su libro “Principia Mathematica” que publicó en 1687, para él, el tiempo y el espacio estaban separados, y este último era como una línea recta infinita, en ambas direcciones, hacia el pasado y el futuro.
En 1915, Albert Einstein propuso una nueva manera de ver el tiempo, un nuevo modelo, incluyéndolo en la Teoría General de la Relatividad, en ella, el tiempo y el espacio se combinaban en una dimensión conocida como Espacio-Tiempo, siendo este deformado de acuerdo a la distribución de la materia en el universo. En el universo de Albert Einstein un objeto que pretende moverse en línea recta, se verá afectado debido a que el espacio y el tiempo se encuentran deformados.
Imaginemos una mesa de billar desde un punto de vista newtoniano, en ella, una bola que sea golpeada por un taco, se moverá en línea recta y pasará junto a las demás bolas sin problema, el espacio no está deformado. Pero con Einstein, la mesa se encuentra deformada por la presencia de las demás bolas, sería como si la superficie de la mesa fuera de tela, el peso de las bolas harían que cualquier recorrido de las demás no tuvieran un movimiento rectilíneo, sino curvo y con diferentes tiempos de acuerdo a la velocidad de las bolas y los observadores que registren el movimiento.
En el universo pasa algo similar, pero al contrario de lo que sucede en una mesa de billar, donde es bidimensional, en el cosmos sucede en tres dimensiones, ahí la presencia de la materia hace que el espacio y el tiempo se curven. No podemos torcer el espacio sin torcer al tiempo, no existen independientemente o separado el uno del otro.
El 29 de mayo de 1919 ocurrió un eclipse solar, y su sombra se pasaría sobre una isla ubicada en el atlántico, los astrónomos lo observaron a fin de detectar alguna desviación de estrellas que se encontraran muy cerca del borde del sol, y efectivamente, midiendo la posición de dichas estrellas, se dieron cuenta que en realidad nuestro sol hacía que el espacio estuviera deformado alrededor de él. Si el sol fuera tan masivo como un agujero negro, la deformación del espacio sería de tal magnitud que a simple vista veríamos las estrellas alrededor del sol completamente arqueadas.
Así como el espacio y el tiempo están afectados por la presencia de la materia, también parece tener solo una dirección, enroscado en sí mismo, de acuerdo a la forma del espacio. En 1969 Roger Penrose y Stephen Hawking demostraron que el tiempo debió de haber tenido un inicio, el cual comenzó en la gran explosión inicial, mejor conocido como el Big Bang.
Para efectos prácticos, el tiempo nos sirve para ordenar secuencia de eventos, establecemos pasados, presentes y futuros, lo entendemos como una magnitud, íntimamente relacionado a la cantidad de materia del universo, o por la velocidad que nos movemos. Siendo el tiempo y el espacio una entidad, ¿Sería posible viajar por el tiempo?

Publicado en El Faro