En el anterior post vimos que las ecuaciones de Einstein transforman el espacio y el tiempo en dos entidades dinámicas, que la presencia de la materia logre curvar y distorsionar el espacio-tiempo es una cosa; otra, muy diferente, es conectar y doblar el espacio y el tiempo de tal forma que se pudiera comunicar el pasado con el presente o con el futuro.Stephen W. Hawking, uno de los físicos más conocidos del mundo e importante divulgador –quien personalmente duda de los viajes en el tiempo- indica que la única posibilidad para realizar este fantástico viaje, sería utilizar algún conector entre el espacio-tiempo. Es evidente que la ciencia y la tecnología no tienen idea de cómo fabricar uno de estos pasadizos, esto no significa que se publiquen de vez en cuando algún artículo que permita alguna posibilidad física para saltar distancias enormes y tiempos distantes, uno de esos conectores se les conoce como “Puente de Eistein-Rosen” o también llamado “Agujero de Gusano”.
Estos agujeros estarían conectando distancias enormes, salvando la imposibilidad física de viajar más rápido que la luz, lo que nos tomaría en una nave espacial viajando billones de años en el espacio para llegar a una galaxia muy lejana, por medio de un “Agujero de Gusano” sería tan fácil como caminar entre dos habitaciones; incluso, cabría la posibilidad de regresar del viaje incluso antes de salir, generando con ello una paradoja.
Hawking considera que de existir bucles u “horizontes” de viajes en el tiempo, estos deben de ser parecidos a los agujeros negros, con la diferencia que un agujero negro los rayos de luz están cayendo en él, mientras que en un horizonte de viaje en el tiempo, la luz está a punto de cerrarse sobre ellos, los rayos de luz estaría regresando una y otra vez sobre sí mismo, en cada regreso el rayo debería de estar más desplazado hacia el azul, así que de verlo, observaríamos el lado opuesto del bucle, de color azul. Hawking incluso considera que uno de los peligros de los pasos temporales podría ser quedar atrapado en uno de esos horizontes, si un rayo de luz puede quedar atrapado, también podría –en teoría un objeto mucho mayor y con menor velocidad- atorarse y quedar atrapado repetidamente girando cada vez más rápido de un lado al otro del bucle, buen tema para una historia de ciencia ficción.
En realidad, no sabemos a ciencia cierta si es posible que estos agujeros de gusano existan, incluso para objetos microscópicos, como algunas partículas elementales, mucho menos imaginarnos para cuerpos macroscópicos, parece ser que la física juega contra los objetos más grandes que un átomo, no podemos hacer lo que quisiéramos, estamos atados en un universo con leyes que nos imposibilitan hacer muchas cosas, no podemos viajar más rápido que la luz –aunque construyamos la nave espacial más veloz del universo, nunca lo lograríamos- y por lo visto no podemos saltar de un lado al otro de un agujero de gusano; al menos, no podemos generarlos, y de existir podrían durar fracciones de segundos y ser extremadamente pequeños.
Dejando de un lado las paradojas y las imposibilidades físicas, el viaje en el tiempo podría crear otra realidad para el viajero. Si en el trayecto al pasado, el viajero destruye la máquina del tiempo antes de que el haya salido, el viajero habrá creado otra realidad completamente diferente de donde provino. Así como la famosa película “Regreso al futuro” donde un adolecente y un físico viajan entre el siglo 19, 20 y 21 utilizando un vehículo de los años ochenta adaptado para el salto entre el espacio-tiempo, habría que tener cuidado en no impedir el transcurso de la historia, a modo tal de no quedar atorado en una paradoja histórica.
Hasta el momento es difícil –casi imposible- que se logre alguna vez viajar en el tiempo, al menos no es un espacio no tan deformado como el que normalmente habitamos, en casos extremos, las grandes deformaciones del espacio debido concentraciones de materia –un agujero negro- por ahora nos resultan demasiado radioactivas para nuestra existencia humana, mucho antes que nos acercáramos a un agujero negro, enfermaríamos de cáncer y moriríamos.
Entonces solo nos queda George Wells y Hollywood.
Hawking considera que de existir bucles u “horizontes” de viajes en el tiempo, estos deben de ser parecidos a los agujeros negros, con la diferencia que un agujero negro los rayos de luz están cayendo en él, mientras que en un horizonte de viaje en el tiempo, la luz está a punto de cerrarse sobre ellos, los rayos de luz estaría regresando una y otra vez sobre sí mismo, en cada regreso el rayo debería de estar más desplazado hacia el azul, así que de verlo, observaríamos el lado opuesto del bucle, de color azul. Hawking incluso considera que uno de los peligros de los pasos temporales podría ser quedar atrapado en uno de esos horizontes, si un rayo de luz puede quedar atrapado, también podría –en teoría un objeto mucho mayor y con menor velocidad- atorarse y quedar atrapado repetidamente girando cada vez más rápido de un lado al otro del bucle, buen tema para una historia de ciencia ficción.
En realidad, no sabemos a ciencia cierta si es posible que estos agujeros de gusano existan, incluso para objetos microscópicos, como algunas partículas elementales, mucho menos imaginarnos para cuerpos macroscópicos, parece ser que la física juega contra los objetos más grandes que un átomo, no podemos hacer lo que quisiéramos, estamos atados en un universo con leyes que nos imposibilitan hacer muchas cosas, no podemos viajar más rápido que la luz –aunque construyamos la nave espacial más veloz del universo, nunca lo lograríamos- y por lo visto no podemos saltar de un lado al otro de un agujero de gusano; al menos, no podemos generarlos, y de existir podrían durar fracciones de segundos y ser extremadamente pequeños.
Dejando de un lado las paradojas y las imposibilidades físicas, el viaje en el tiempo podría crear otra realidad para el viajero. Si en el trayecto al pasado, el viajero destruye la máquina del tiempo antes de que el haya salido, el viajero habrá creado otra realidad completamente diferente de donde provino. Así como la famosa película “Regreso al futuro” donde un adolecente y un físico viajan entre el siglo 19, 20 y 21 utilizando un vehículo de los años ochenta adaptado para el salto entre el espacio-tiempo, habría que tener cuidado en no impedir el transcurso de la historia, a modo tal de no quedar atorado en una paradoja histórica.
Hasta el momento es difícil –casi imposible- que se logre alguna vez viajar en el tiempo, al menos no es un espacio no tan deformado como el que normalmente habitamos, en casos extremos, las grandes deformaciones del espacio debido concentraciones de materia –un agujero negro- por ahora nos resultan demasiado radioactivas para nuestra existencia humana, mucho antes que nos acercáramos a un agujero negro, enfermaríamos de cáncer y moriríamos.
Entonces solo nos queda George Wells y Hollywood.
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