Era diciembre de 1972 y dos hombres, uno de ellos geólogo, caminaban en la superficie de la luna. El geólogo era Harrison Schmitt y exploraba un valle conocido como Taurus Litrow. Parte de sus tareas de exploración en nuestro satélite era recolectar algunas rocas lunares para traerlas abordo del módulo Challenger perteneciente a la misión Apolo XVII.
Entre todas las rocas seleccionadas una fue catalogada con el numero 70017, fragmentada en 135 partes y una de ellas enviada como regalo de buena voluntad hacia El Salvador. Fue entregada por el presidente Richard Nixon al presidente salvadoreño Arturo Armando Molina, quien desde ese año se comprometió a exhibirla a todos los salvadoreños.
La roca -bautizada como “roca de la buena voluntad”- fue exhibida en 1973 y posteriormente en algún momento de la década de los ochenta en la feria internacional (en el Pabellón Estadounidense), pero desde entonces permaneció guardada en las bodegas de la Colección Nacional.
Este 2009, a casi treinta años de haberse puesto a los ojos de los salvadoreños, la roca ha sido colocada al público en el Museo Nacional de Antropología David J. Guzmán, en honor a los 40 años de la misión Apolo XI que puso a los primeros humanos en la superficie de nuestro satélite.
La piedra se encuentra dentro de una bola de Polimetracrialto, el plástico más transparente y resistente que existe, y colocada en una placa de madera que explica el sitio lunar de donde fue extraída. Es acompañada por una pequeña bandera salvadoreña, como la que estuvo orbitando a la luna durante 147 horas y 48 minutos abordo del módulo de servicio “América” del Apolo XVII, que fue piloteado por el astronauta Ronald Evans.
Las rocas lunares son los objetos más antiguos que la ciencia ha logrado conseguir, tienen una edad aproximada entre los 4 mil a 3,500 millones de años de antigüedad, el fragmento lunar de la roca 70017 presentada en el MUNA es el objeto más antiguo que se encuentra en El Salvador, mucho mas viejo que cualquier objeto creado por el ser humano, más antiguo que cualquier fósil de mamífero o dinosaurio. Cuando fue formada nuestro planeta era joven, y nuestra luna, presumiblemente creada por una temprana colisión de un objeto del tamaño del planeta Marte, también lo era. Esta piedra es producto de una interacción natural muy particular, en ella hay una interesante combinación de diferentes terrenos lunares; se puede afirmar que es el resumen geológico de toda la Luna. A criterio de Harrison Schmitt es una metáfora de nuestra particularidad social y cultural, nuestras diferencias son a fin de cuentas lo que nos convierte en una gran familia humana, De ahí que esta piedra implica, entre tantas cosas, la buena voluntad entre los pueblos.
La roca lunar se expondrá durante un mes, iniciando el 26 de julio y se encuentra acompañada por una colección en miniatura de los módulos lunares y de comando con los cuales NASA logró alcanzar la superficie de nuestro satélite.
Nota publicada en el periódico El Faro
Entre todas las rocas seleccionadas una fue catalogada con el numero 70017, fragmentada en 135 partes y una de ellas enviada como regalo de buena voluntad hacia El Salvador. Fue entregada por el presidente Richard Nixon al presidente salvadoreño Arturo Armando Molina, quien desde ese año se comprometió a exhibirla a todos los salvadoreños.
La roca -bautizada como “roca de la buena voluntad”- fue exhibida en 1973 y posteriormente en algún momento de la década de los ochenta en la feria internacional (en el Pabellón Estadounidense), pero desde entonces permaneció guardada en las bodegas de la Colección Nacional.
Este 2009, a casi treinta años de haberse puesto a los ojos de los salvadoreños, la roca ha sido colocada al público en el Museo Nacional de Antropología David J. Guzmán, en honor a los 40 años de la misión Apolo XI que puso a los primeros humanos en la superficie de nuestro satélite.
La piedra se encuentra dentro de una bola de Polimetracrialto, el plástico más transparente y resistente que existe, y colocada en una placa de madera que explica el sitio lunar de donde fue extraída. Es acompañada por una pequeña bandera salvadoreña, como la que estuvo orbitando a la luna durante 147 horas y 48 minutos abordo del módulo de servicio “América” del Apolo XVII, que fue piloteado por el astronauta Ronald Evans.
Las rocas lunares son los objetos más antiguos que la ciencia ha logrado conseguir, tienen una edad aproximada entre los 4 mil a 3,500 millones de años de antigüedad, el fragmento lunar de la roca 70017 presentada en el MUNA es el objeto más antiguo que se encuentra en El Salvador, mucho mas viejo que cualquier objeto creado por el ser humano, más antiguo que cualquier fósil de mamífero o dinosaurio. Cuando fue formada nuestro planeta era joven, y nuestra luna, presumiblemente creada por una temprana colisión de un objeto del tamaño del planeta Marte, también lo era. Esta piedra es producto de una interacción natural muy particular, en ella hay una interesante combinación de diferentes terrenos lunares; se puede afirmar que es el resumen geológico de toda la Luna. A criterio de Harrison Schmitt es una metáfora de nuestra particularidad social y cultural, nuestras diferencias son a fin de cuentas lo que nos convierte en una gran familia humana, De ahí que esta piedra implica, entre tantas cosas, la buena voluntad entre los pueblos.
La roca lunar se expondrá durante un mes, iniciando el 26 de julio y se encuentra acompañada por una colección en miniatura de los módulos lunares y de comando con los cuales NASA logró alcanzar la superficie de nuestro satélite.
Nota publicada en el periódico El Faro
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