Hace siete mil millones de años una violenta explosión iluminó una enorme región del universo, a pesar de su potencia y brillo, el universo le resultó tremendamente vasto; a tal punto, cientos de miles de años después la onda expansiva siguió viajando en el espacio, sin que nada la detuviera.
En la época que la explosión sucedió nuestro planeta no se había formado; de hecho, nuestro sistema solar, incluyendo al Sol no había aparecido en la galaxia, fue hasta la semana pasada –el 18 de marzo- que la luz de la explosión nos alcanzó. Tan solo duró un par de segundos, lo suficiente para que el satélite espacial Swift detectara y fotografiara el remanente de su luz, ningún ser humano logró observarlo a simple vista este fenómeno, de haberlo hecho, tan solo observaría el encendido y apagado de una estrellita en el firmamento.
toda la nota en: COSMOS elfaro.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario