viernes, 14 de enero de 2011

Astronomía y Astrología


El problema astrológico nace desde su impreciso origen “revelador”, es imposible que la posición de un planeta interfiera en una relación o una personalidad, dado que ambas están basadas en aspectos culturales o sociales. Un fracaso amoroso, un desastre económico y un desacierto deportivo no es responsabilidad de un cuerpo celeste, es responsabilidad absolutamente de usted.

Nuestra imagen del universo ha sido construida lentamente, cada generación ha colocado un bloque de inteligencia, matemática y filosofía. Hemos olvidado cuando comenzamos a estudiar los cielos, la verdad es que nos ganó la curiosidad por entender esas lejanas luces que brillan en el firmamento, con ello hemos explicado la realidad.
Debido a que muchos fenómenos estelares aparentan ser cíclicos (la salida del sol, las fases de la luna, los eclipses) con un poco de matemática fue relativamente sencillo romper el código cósmico y en poco tiempo, mientras nuestra primeras ciudades se levantaban en Mesopotamia, ya llevábamos la cuenta de los eclipses en tablas de barro.
De hecho, nuestras primeras culturas utilizaron la astronomía para establecer las épocas de cosecha, asimismo nos sirvió para orientarnos en los lejanos mares del sur e ir colonizando cada isla del pacífico.
La astronomía es una de las más antiguas ciencias; y claro, mezclamos el estudio de las estrellas con nuestras religiones, los cielos fueron un enorme lienzo en donde se contaron increíbles historias de héroes, villanos, cosmogénesis y animales fantásticos, algo que gracias a la contaminación lumínica hemos olvidado.
Mientras la comprensión de los ciclos estelares y nuestra matemática se perfeccionaba, creímos que lo que ocurría en el cielo tenía de alguna forma implicaciones en nuestras pequeñas vidas. Es tan obvio como creernos que nosotros somos los principales participantes de esta obra teatral cósmica, se llama antropocentrismo.
Interpretamos los movimientos de los planetas en nuestro destino, inventamos a la astrología, la cual es la creencia que pretende conocer y predecir el destino del humano basado en la interpretación de los cielos.
No es algo del pasado remoto, en nuestra época de naves espaciales, Internet, celulares y computadoras, un amplio margen de la población cree que las alineaciones planetarias, eclipses y cometas traen desgracias o al menos influyen de una u otra forma en la historia personal.
Actualmente se publican en todo el mundo miles de secciones astrológicas, secciones comúnmente conocidas como “horóscopos”, estos aparecen indiscriminadamente en periódicos y revistas, en los últimos años incluso puede consultarse fácilmente el horóscopo en Internet. Es más fácil obtener un libro de “Su destino y el zodíaco” en una librería, que un tratado de física moderna, un libro de arqueología o una revista de historia, evidentemente el mercado astrológico es exitoso.
Y de su éxito dependen miles de astrólogos, que día a día “aconsejan” a otros miles de personas sobre su proceder en cuestiones de amor, salud y negocios.
La astrología se basa en la posición de los planetas y el Sol respecto a una franja imaginaria de la esfera celeste, llamada zodíaco (por donde pasa la eclíptica), se supone que dichas posiciones influyen en nuestro diario vivir, o que se ha marcado el destino de por vida en el momento de nacer, es así que si el sol se encuentra en una constelación zodiacal en el momento de nuestro nacimiento, seremos de tal signo y nuestra carácter será de cierta manera.
El problema astrológico nace desde su impreciso origen “revelador”, es imposible que la posición de un planeta como Venus interfiera en un matrimonio, las relaciones entre personas están basadas en aspectos culturales y sociales.  Un fracaso amoroso, un desastre económico y un desacierto deportivo no es responsabilidad de “La mala influencia de Saturno”,  sino de instantes sociales en los cuales cada persona tiene alta responsabilidad. Es un absurdo antropológico considerar tan solo doce tipos de personas en el mundo, en el pasado y el futuro.
El efecto de la presesión de los equinoccios, que logra producir un movimiento en el eje de rotación de la Tierra ha metido en más aprietos a la Astrología, simplemente por que “los signos” no concuerdan con la realidad, existe un corrimiento del recorrido aparente que hace el Sol en el firmamento, de esa forma una persona que nació Virgo, realmente es Leo. La misma presesión  equinoccial ha hecho que entre Sagitario y Escorpión el Sol ingrese casi por 23 días en la constelación de Ofiuco (el serpentario) y de ahí el desfase.
La Astrología es un buen negocio, y esta divorciada de una cosmogonía antigua, se presenta, eso sí, como un conocimiento antiguo, lo único que logra la astrología es ejercer su poder en el dominio de las personas, muchas veces controlando su bolsillo; el cual, sin ninguna duda es su principal cometido.

1 comentario:

Xamba - The Nowhere Man dijo...

La astronomía es emocionante, la astrología es morbosa.

En la astronomía puedes referirte fácilmente a conceptos, teoremas, fórmulas o citar a reconocidos personajes del medio científico; a la astrología le basta el termino "dicen que..." para establecer sus criterios: "Dicen que viene un planeta gigante...", "Dicen que la NASA ya lo vió...", "Dicen que este brazalete de plastico me dará energía...", Lo ineteranste es que nunca nadie sabe quien "dijo" el asunto; para rematar sus máximos exponentes suelen ser reconocidos charlatanes o payasos con programas de TV en horarios de telenovela.

Hombre, es claro que mientras la astronomía es una rama científica en constante crecimiento, expansión y descubrimiento, como toda buena ciencia, la astrología "dicen que" no ha dejado de ser el mismo cuento absurdo manejado por los charlatanes de siempre, pero que parece ser del gusto del populacho.